Ahora nos damos cuenta de lo que supone trasladar el HUCA, de El Cristo a La Cadellada

Por Blogsfero

Era evidente. Trasladar el HUCA de El Cristo a La Cadellada iba a suponer un dineral que Asturias no se puede permitir, pero los responsables de todo esto, los que lo impulsaron y los que aplaudieron con las orejas, se van de rositas. El principal responsable, Vicente Álvarez Areces, es senador, y está aforado. También hubo muchos profesionales, y entre ellos los serviles participantes en aquella plataforma «Por un hospital necesario»,  que presididos por el «progre» Carlos Ponte, director de la UCI, sirvieron de lo que antaño se llamaba «tontos útiles» de la operación. Ponte todavía da doctrina sanitaria y se queda tan contento.

Construir un hospital nuevo, y más si el responsable era Tini Areces, supone asumir los enormes costes de construcción de un nuevo complejo, al que hay que añadir como es de rigor, la robadera de los sobrecostes. Eran inevitables, además los gastos enormes de un traslado que obliga a mantener dos grandes complejos funcionando a la vez. Pero es que no hay que olvidar que también cuesta mucho dinero hacerse cargo de lo que se destruye, de lo que queda atrás, del complejo de El Cristo.

Para qué recordar ahora ya, que el Estado iba a entregar el vetusto recinto de El Cristo completamente renovado, con los edificios reconstruidos, si el HUCA se quedaba en su antiguo solar, y que fueron los socialistas asturianos quienes tomaron la decisión de construir un nuevo complejo. Es evidente lo que estaba en juego. Adjudicaba el Estado, y Asturias evitaba una quiebra, o adjudicaba Tini, y a vivir que son cuatro días. Ahora, las consecuencias las pagamos todos.

En el artículo titulado Dámaso Bances: «Demoler el HUCA y limpiar el solar cuesta entre 13 y 15 millones», La Nueva España, aprovechando un homenaje al ex subdirector de gestión del HUCA, pasa a limpio los años de complaciente silencio en los que nadie parecía ver el enorme problema que ahora se nos viene encima:

Ingeniero técnico industrial, Dámaso Bances (Oviedo, 1943) cumplió 70 años el pasado día 8. Es, sinduda, el mejor conocedor de las«tripas» del viejo HUCA, ese enmarañado espacio situado en las entrañas de la capital del Principado que ocupa un solar de 127.000 metros cuadrados y acoge lo que inicialmente eran tres hospitales distintos que suman 17 edificios y hasta 123 puertas de acceso.

Y claro:

El ex subdirector de gestión considera que derribar todas esas construcciones «es un lujo que Asturias hoy no puede permitirse». La idea de dejar el solar del Cristo totalmente limpio no le seduce. Además de por el coste que supondría, porque le suscita interrogantes de difícil respuesta: «¿Y luego qué? ¿Se va a vender? ¿Quién lo va a comprar y para qué».

 Ahora dirán lo de «¡quién se podía imaginar!», y a correr… ¿Quién se lo podía imaginar? Pues cualquiera que tuviese dos dedos de frente, pero a los que nos rasgábamos las vestiduras ante la barbaridad que suponía semejante decisión se nos descalificaba como cenizos, agoreros, e incluso se nos llamaba «fachas» y otras majaderías.